EUROPA
PRESS
6 noviembre
2018
¿Tiene
algún beneficio pesarse todos los días?
La obsesión de perder peso siempre va
unida a ponerse a dieta, hacer ejercicio, y, en la mayoría de los casos,
pesarse cada día. Parece que no hay mejor manera de comprobar que los
sacrificios que se hacen por encontrarse físicamente mejor dan sus frutos que
mirar el peso por rutina. Sin embargo, aquí está abierto el debate y no todos
los expertos creen que sea beneficioso a la hora de perder peso observar como
la báscula va bajando los kilos.
Según demuestra una investigación presentada en las sesiones
científicas de la American Heart Association 2018 de Chicago, un importante
intercambio mundial de los últimos avances en ciencia cardiovascular para
investigadores y clínicos, pesarse en una báscula todos los días puede ayudar
con los objetivos de pérdida de peso.
Los investigadores examinaron cuánto se pesaron 1.042
adultos (78 por ciento hombres, 90 por ciento blancos, edad promedio de 47
años) y si hubo diferencias en el cambio de peso por estos patrones de acudir a
la báscula durante 12 meses. Analizaron datos transmitidos por Health eHeart,
un estudio prospectivo 'on line'. Los participantes se pesaron en casa como lo
harían normalmente, sin intervenciones, orientación o incentivos para perder
peso por parte de los investigadores.
Así, identificaron varias categorías de adultos, desde los
que se pesaban diariamente o casi a diario hasta los adultos que nunca usaban
básculas. Descubrieron que las personas que nunca se pesaban o que solo pesaban
una vez a la semana no perdían peso al año siguiente. Aquellos que se pesaron
seis a siete veces por semana tuvieron una pérdida de peso significativa (1,7%)
en 12 meses.
"Controlar el peso corporal a través de una báscula
puede aumentar su conciencia de cómo los comportamientos pueden afectar la
pérdida de peso. Estos hallazgos respaldan el papel central del autocontrol en
el cambio de comportamiento y el aumento del éxito en cualquier intento de
controlar mejor el peso", explican los autores del estudio, de la Escuela
de Enfermería de la Universidad de Pittsburgh y la Escuela de Medicina de la
Universidad de California en San Francisco.